Hace varios años publiqué un artículo en la Nueva Alcarria (12-07-2002, donde, tras dar hacer una síntesis del devenir histórico de Bonaval y dar cuenta de las gestiones que había realizado ante la Academia de la Historia, expresaba mi inquietud por el lamentable estado de las venerables ruinas de Bonaval, prácticamente la única muestra de arte cisterciense que se conserva en la provincia de Guadalajara.
Esa preocupación la he traslado, igualmente, a todo aquel que, con capacidad para actuar, me ha querido escuchar. Todos, absolutamente todos, han sido cordiales y atentos con mi lamento, añado también que todos, absolutamente todos, han hecho suya la preocupación pero, también lo tengo que decir, todos, absolutamente todos, se han mostrado desbordados por la solución.
¿Es que Bonaval no tiene solución? ¿Se imaginan ustedes lo que darían en muchos sitios por contar con un monumento como éste? ¿Son capaces de suponer lo que en otras latitudes estarían ya acometiendo para salvarlo de su ruina? ¿A quién beneficia que se pierda?
Yo no cejaré en mi empeño en seguir "picoteando" las conciencias. Espero que cuando se decida actuar no sea ya demasiado tarde. La Historia del venerable monasterio bien merece nuestra actuación.
¡SALVEMOS BONAVAL, YA!